viernes, septiembre 02, 2005

Europa13: París, Irina y yo

28 de diciembre.
Al otro día quedamos de vernos para desayunar, y la pasamos de pelos. Irina era tan fan de sí misma que tenía su pequeño book de fotos. Irina me contó del Esperanto, que se supone que es un idioma nuevo muy popular que inventó no sé quién y se supone que lo hicieron para que todo el mundo se pueda comunicar. Hay comunidades enteras y viajeros que hablan Esperanto normalmente. ¿Alguien ha oído hablar del Esperanto?
También que en Rusia las cosas están bien mal, de hecho, Rusia y México se parecen muchísimo; hay mafias, hay políticos mafiosos, hay sindicatos mafiosos, la agricultura por los suelos, la economía al borde del colapso, el presidente es estúpido y su familia unos mafiosos.


Como se nos fue el tiempo platicando nos fuimos corriendo a Gare de Lyon, con maleta, bolsos y todo echamos a correr. Por suerte en la Gare sí nos cambiaron el boleto para el siguiente día. Regresamos al hostal y metimos a escondidas sus maletas en mi habitación, sí me sentía inseguro porque si nos cachaban y nos corrían no podríamos costear otro lugar pero fue fácil y nunca se dieron cuenta. E igualito que las mujeres mexicanas, Irina olvidó su bolso y se acordó cuando estábamos bien lejos.

Creo que esa vez fuimos a Montmarte, esta vez ya no puse mucha atención a los artistas. La última vez que había estado allí había sido con Zepeda y sus amigos, allí aprendí que no importa tanto el lugar a donde uno va sino la compañía, mi amiga estaba contenta y yo también, pero más por estar con alguien que por estar allí.

Llovió horriblemente pero aún así nos fuimos a Pigalle, que es como el barrio de las sexshops y cosas así. Allí esta el Moulin Rouge y justo a lado está un antro muy fresa pero no me acuerdo cómo se llamaba. Hay mucho tables pero nunca me metí a uno ni en Madrid, son bien peligrosos, muy transas en toda Europa, y si no me creen pregúntenle a Fer (ay, es que tambien se necesita ser…). Pero bueno, había un museo del sexo -estaba bien chistoso- por ejemplo; había unos monitos de porcelana en toda clase de posiciones, había una bicicleta que en lugar de asiento tenía un falo que según daban vueltas las ruedas éste subía y bajaba. Había fotos porno de los 40´s, con las chavas bien gordas y todo. Cuando Irina vió todo eso se pusó roja roja y se echó a correr.

Después nos fuimos a Campos Eliseos, ponen unas luces bien bonitas en navidad. Entramos a una tienda de recuerdos y allí Irina se voló unas plumas de 5 euros, estaba bien lorenza. Fuimos al Arco del Triunfo, allí está la Llama Eterna del Soldado Desconocido que resultó no tan eterna gracias a un pinche mexicano que la apagó durante el mundial. Gracias a ése guey nos tienen bien fichados como locos en París, ¡que vergüenza! pero la verdad es que me dio risa cuando me enteré… ayy perdón.

29 de diciembre.
Pasamos esa noche juntos pero no pasó nada, aún así fue muy especial, no sé… me dijo que yo era un caballero, pero bueno… estaba contento con mi amiga. Tomamos el desayuno, nos bañamos y echamos a andar.

Como ya no teníamos dinero recorrimos todo el Sena. Creo que estuvo medio loco porque hacía un frío espantoso. Fuimos a los Inválidos, donde esta la tumba de Napoleón bajo una cúpula bien grande, casi le llega a la de San Pedro en Roma. Allí se atraviesa el Sena por el Puente de Alejandro –que es un puente con esculturas y estilo muy francés siglo XV-, cerca esta el parque de las Tullerías –me dio gusto ver que todavía hay niños que juegan con veleritos como mi hermano y yo- también está ahí el impresionante obelisco que Napoleón le bajó a los egipcios, luego viene el Louvre, ya no pude encontrar la escuela de pintura donde estudié de niño. Después Notre Dame, y enfrente hay un pasaje subterráneo que muestran un poco lo que es París bajo suelo, bien padre. Nunca encontré la entrada de las otras catacumbas, donde están todas las calacas, regresé a París en agosto pero tampoco las ví esa vez.

Después nos fuimos hasta Plaza de la Bastilla donde había quedado de verme con Cemi y Rach. Como siempre llegaron tarde, pero me dio mucho gusto ver a mis comadres, ¡que raro era estar juntos en París, y no en Madrid donde vivíamos! Las 3 se cayeron bien, creo, y estuvieron muy platicadoras. Creí que Cemi me iba a decir algo pero no. Nos tomamos un café con leche, sólo uno, y para variar el mesero bien mamón ¿Qué pasa con el servicio en Europa?

Lo malo es que Rach se tenía que regresar temprano a casa e Irina tenía que tomar el tren a las 10(?) así que nos despedimos. Cemi me invitó a una reunión con sus amigos, más tarde en la noche. Fuimos al hostal los 3 por las cosas de Irina y la llevé a Gare de Lyon de donde partiría el tren mientras Cemi me esperaba en un teléfono cerca de la estación. Creo que con bien poquita gente había tenido tanta química como con Irina. Cuando nos despedimos sentí que perdía a una amiga de mucho tiempo, ¿es posible sentir tanto cariño por una persona que acabas de conocer? Además era imposible que nos volviéramos a ver. Que pena, hasta lloramos un poco en el andén y la tuve que meter al tren a la pobre, antes le dí las galletas ya deshechas que me quedaban y unas manzanas que le compré a un árabe. Ayyo que triste me puse, ¿porque?


Me esperé un poco a que se me pasara y me fui por Cemi que estaba en un bar esperándome y un negrote la quería ligar, el tipo me vio y luego que se va, los otros franceses nada más se reían del guey y yo ni me enteraba de lo que decían. Y esa noche me fui a la fiesta de Cemi, pero antes me reclamó de una vez que hubo un malentendido entre Cemi, Rach y yo de un plato que se rompió, se puso medio lorenza pero hicimos las paces. Conocí a los otros arameos (Cemi es de origen arameo, que es otro pueblo nómada como los judíos). Los arameos son bien serios y medio machistas (creo que hasta más que los mexicanos) en cambio las arameas son bien simpáticas y coquetas. Estuvimos en un cantabar de chinos, y los chinos son los más chistosos para cantar, que cagados están. Total que toda la noche extrañé a mi amiga rusa y hasta ahora. Que bueno que se va a casar, ojalá le vaya bien pero que ya no robe las tienditas de recuerdos.

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