Veracruz es uno de los lugares más chidos que he estado, lo tiene todo... bueno casi todo; gente chida, niñas lindas, ciudades bonitas, más niñas lindas, buena comida, y además la cumbre Tajín.
Resulta que Marisups, mi comadre me sonsacó para ir a la cumbre, por alguna razón cree que no tengo nada que hacer y esta vez tenía razón. Así que nos lanzamos para allá, reservamos un paquete de 3 días, que incluía eventos, temazcal, una ida al sitio arqueológico y acampar en el Parque de Takilshunosequemadres. En este caso acampar yo lo utilizo como un sinónimo a "morirse del reputisisisisimo frío". Bueno total que "acampamos" y estuvo poca madre porque dentro del parque hay talleres, eventos, comida, o sea uno no se aburre. Hubo conciertos muy interesantes, que a mi comadre no le gustaron, tuve la suerte de que estuvo AustinTV, los Dinamyte y lo mejor el sabado; Café Tacuba, concierto que sufrí porque tuve la simpática ocurrencia de meterme en medio de la raza y se armó un slam rompemadres.
Este fue nuestro hogar/refrigerador por tres días.
El viernes fuimos al sitio de Tajín y después al pueblo de Papantla, un pueblillo chiquitito pero pintoresco. En la noche fuimos al espectáculo de luces del sitio de Tajín y aunque hicimos una cola larguísima tengo que decir que valió absolutamente la pena. Se trata de un recorrido de mas de una hora donde las pirámides las iluminan y proyectan imágenes sobre ella y el resultado es impresionante.
El sábado fuimos a Poza Rica; es una ciudad poco agraciada estéticamente, o sea que esta fea. Entonces nos regresamos a los eventos y esa noche tocaron los Tacubos, y un grupo francés llamado Highlight Tribe, muy chido. Al otro día tuvimos una experiencia bastante interesante, por decir lo menos. Nos fuimos al temazcal y ninguno de los dos teníamos ni PI de que trataba. Le dije a Sups que seguro era un baño de vapor como de 10 o 30 mins...y no hay nada más lejos de la triste verdad.
El Temazcal temazcal es un rito de curación, fuerte -no jaladas-, a base de vapor. Consiste (o al menos como nos lo dieron allá) en una ceremonia presidida por unos ancianos (en este caso un abuelo y abuela, en referencia a la dualidad cósmica Ometéotl/Omecíuatl) en un como iglú de lona que se llena con otros pobres locos como nosotros. La ceremonia consta de 4 puertas o sesiones (me imagino que algo así como las 4 etapas de la vida), siendo que en cada sesión se meten piedras calientísima (tezontle me parece) al centro del iglú, en un pozillo, y con unas hierbas se mojan dejando sacar un vapor calientísimo, a tal grado que mi pobre Sups ya se quería salir. Se aguanto aunque no sin llorar. Para la segunda etapa era yo el que ya no aguantaba, era tan fuerte el calor que uno se sofocaba, el aire caliente entraba por la naríz, garganta y pulmones. Incluso el propio sudor quema. Para la tercera puerta estábamos muy mareados (por la intensísima deshidratación, como cuando uno está bien pedo) y mis brazos empezaban a dormirse, ¡creo que estaba a punto de desmayarme! al tiempo en que todos cantan y baten un tamborcillo. Una señora nos recomendó cantar para paliar el pinche sufrimiento y sí que funcionaba. Se me olvidaba decir que al inicio de la ceremonia hay que decir nuestro nombre y pedir al Padre Sol nuestros deseos, porque el rito se dedica a la deidad.
Todo este rito, como según lo explicaron, es también una prueba de resistencia, de voluntad, más allá de una curación. Es una prueba de paciencia, de autoconocimiento y de meditación o abandono de la conciencia. En mi caso yo quería salir corriendo de allí pero me alegré mucho de haber podido quedarme. En verdad que al salir de allí el aire y el agua saben a gloria. Sentí una curiosa emoción. El temazcal duró 1 hora y media.
Bueno pues ese fue nuestro viaje. Definitivamente regreso el próximo año, a ver quien se viene también. El regreso a Chilangolandia fue una chinga; 9 horas de las 5 que normalmente tarda el camion. Pero valió totalmente la pena.
Resulta que Marisups, mi comadre me sonsacó para ir a la cumbre, por alguna razón cree que no tengo nada que hacer y esta vez tenía razón. Así que nos lanzamos para allá, reservamos un paquete de 3 días, que incluía eventos, temazcal, una ida al sitio arqueológico y acampar en el Parque de Takilshunosequemadres. En este caso acampar yo lo utilizo como un sinónimo a "morirse del reputisisisisimo frío". Bueno total que "acampamos" y estuvo poca madre porque dentro del parque hay talleres, eventos, comida, o sea uno no se aburre. Hubo conciertos muy interesantes, que a mi comadre no le gustaron, tuve la suerte de que estuvo AustinTV, los Dinamyte y lo mejor el sabado; Café Tacuba, concierto que sufrí porque tuve la simpática ocurrencia de meterme en medio de la raza y se armó un slam rompemadres.
Este fue nuestro hogar/refrigerador por tres días.
El viernes fuimos al sitio de Tajín y después al pueblo de Papantla, un pueblillo chiquitito pero pintoresco. En la noche fuimos al espectáculo de luces del sitio de Tajín y aunque hicimos una cola larguísima tengo que decir que valió absolutamente la pena. Se trata de un recorrido de mas de una hora donde las pirámides las iluminan y proyectan imágenes sobre ella y el resultado es impresionante.
El sábado fuimos a Poza Rica; es una ciudad poco agraciada estéticamente, o sea que esta fea. Entonces nos regresamos a los eventos y esa noche tocaron los Tacubos, y un grupo francés llamado Highlight Tribe, muy chido. Al otro día tuvimos una experiencia bastante interesante, por decir lo menos. Nos fuimos al temazcal y ninguno de los dos teníamos ni PI de que trataba. Le dije a Sups que seguro era un baño de vapor como de 10 o 30 mins...y no hay nada más lejos de la triste verdad.
El Temazcal temazcal es un rito de curación, fuerte -no jaladas-, a base de vapor. Consiste (o al menos como nos lo dieron allá) en una ceremonia presidida por unos ancianos (en este caso un abuelo y abuela, en referencia a la dualidad cósmica Ometéotl/Omecíuatl) en un como iglú de lona que se llena con otros pobres locos como nosotros. La ceremonia consta de 4 puertas o sesiones (me imagino que algo así como las 4 etapas de la vida), siendo que en cada sesión se meten piedras calientísima (tezontle me parece) al centro del iglú, en un pozillo, y con unas hierbas se mojan dejando sacar un vapor calientísimo, a tal grado que mi pobre Sups ya se quería salir. Se aguanto aunque no sin llorar. Para la segunda etapa era yo el que ya no aguantaba, era tan fuerte el calor que uno se sofocaba, el aire caliente entraba por la naríz, garganta y pulmones. Incluso el propio sudor quema. Para la tercera puerta estábamos muy mareados (por la intensísima deshidratación, como cuando uno está bien pedo) y mis brazos empezaban a dormirse, ¡creo que estaba a punto de desmayarme! al tiempo en que todos cantan y baten un tamborcillo. Una señora nos recomendó cantar para paliar el pinche sufrimiento y sí que funcionaba. Se me olvidaba decir que al inicio de la ceremonia hay que decir nuestro nombre y pedir al Padre Sol nuestros deseos, porque el rito se dedica a la deidad.
Todo este rito, como según lo explicaron, es también una prueba de resistencia, de voluntad, más allá de una curación. Es una prueba de paciencia, de autoconocimiento y de meditación o abandono de la conciencia. En mi caso yo quería salir corriendo de allí pero me alegré mucho de haber podido quedarme. En verdad que al salir de allí el aire y el agua saben a gloria. Sentí una curiosa emoción. El temazcal duró 1 hora y media.
Bueno pues ese fue nuestro viaje. Definitivamente regreso el próximo año, a ver quien se viene también. El regreso a Chilangolandia fue una chinga; 9 horas de las 5 que normalmente tarda el camion. Pero valió totalmente la pena.