Irrepetible

Meditando un poco sobre los momentos y personas fugaces de nuestra vidas, se da uno cuenta que cualquier pérdida es trágica. Quizás la idea de trascendencia del hombre choca de lleno con la realidad física de nuestro entorno, y eso es terrible pero a la vez importante para subsistir.

A lo que voy es que, todo lo que nos rodea, nuestras familias, amigos, ciudades, montañas y mares, la Tierra, algún día dejará de existir. Un tiempo después nuestro sistema solar, la galaxia y algún tiempo más tarde; el Universo se contraerá hasta tener el tamaño de un terrón de azúcar. Luego estallará y se formará de nuevo, con nuevos mundos y nueva vida. Cumpliendo el ciclo infinito de la Historia del Tiempo.

Lo importante es que cada persona que conocemos, cada momento, cada segundo de nuestra vida es único e irrepetible. No importa cuantas experiencias tengamos a lo largo de nuestra existencia, lo que vivimos con cada persona en el presente se irá y no lo volveremos a vivir de nuevo ni en todos los años que el infinito dure (o lo que sea que ello signifique) por el simple hecho que cada segundo, cada persona, -al igual que cada gota de agua- son diferentes entre sí. Eso, más que una tragedia, es una oportunidad de enriquecerse de cada una de estas vivencias, para ser mejores, para autoconocerse y autodefinirse. Pero de todas maneras cada experienca se perderá en la memoria del tiempo, por eso deberíamos atesorarla y cuidarla, por mala o buena que ésta sea.

Pero bueno, ésa sólo es un pensamiento que me pasó en la mente estando nostálgico.